

Una pareja de homosexuales chinos hace realidad en Tailandia el sueño de casarse
Cuando Wang Zengyi y Song Jihan se conocieron fue amor a primera vista. Casi tres años después, esta pareja de homosexuales chinos acaba de casarse en Tailandia, un sueño que nunca se habría cumplido en su país.
"Me pareció hermoso y puro", recuerda Wang Zengyi sobre su primera impresión del que ahora es su marido. "Nuestro amor se ha hecho más fuerte con el tiempo".
Tailandia, tolerante desde hace tiempo con las minorías sexuales y de género, se convirtió en enero en el tercer país asiático en reconocer el matrimonio homosexual, después de Taiwán y Nepal.
Wang Zengyi, de 41 años, y Song Jihan, de 29, aprovecharon el fin de semana de celebraciones de la primera marcha del Orgullo desde este acontecimiento para darse el 'sí, quiero' el sábado.
Ataviados con chaquetas blancas, intercambiaron los anillos y pronunciaron emocionados sus votos ante sus seres queridos en una playa cercana a la localidad costera de Pattaya, cerca de Bangkok.
"Tailandia es un país más libre", considera Wang Zengyi, entrevistado por AFP tras oficializar la unión en el registro civil tailandés en la capital. "Está más abierto a nuestra comunidad".
- Demanda alta -
Las autoridades chinas despenalizaron la homosexualidad en 1997, pero el matrimonio entre personas del mismo sexo no está reconocido y el estigma social sigue siendo generalizado.
Tras un periodo de distensión en los años 2000 y 2010, la comunidad LGBT+ ha sido objeto de represión en los últimos años, con la desaparición sucesiva de sociedades universitarias y marchas del orgullo.
Los dos hombres recurrieron a dos asesores privados para realizar sus trámites legales y organizar su ceremonia.
Uno de ellos, Owen Zhu, es propietario de una empresa inmobiliaria en Tailandia, pero también ayuda a parejas homosexuales chinas a casarse.
"La demanda es alta", explica. "Tailandia es un país especialmente atractivo, que permite hacer cosas que en China son imposibles, como agarrarse de la mano o besar en público a su pareja".
- "Reconocimiento" -
Para Owen Zhu, la mayor dificultad para estas parejas reside en la burocracia, en particular la obtención del certificado de celibato que exigen las autoridades tailandesas.
Y aunque China no reconoce los matrimonios entre personas del mismo sexo registrados en el extranjero, cree que el proceso sigue siendo esencial para sus clientes: "En sus corazones, lo ven como un reconocimiento y una forma de aceptación".
La nueva ley de matrimonio, promulgada por el rey Maha Vajiralongkorn en septiembre y que entró en vigor en enero, ya no incluye ninguna referencia al género y otorga a las parejas homosexuales los mismos derechos de herencia, propiedad y adopción que a las heterosexuales.
Una vez superado el obstáculo del papeleo, registrar un matrimonio es relativamente fácil y barato para los extranjeros, afirma Chris Yan, el asesor jurídico que ayudó a Wang Zengyi y Song Jihan a organizar su unión.
Los recién casados regresarán a China tras su luna de miel, pero planean jubilarse en Tailandia.
Su mensaje a sus compatriotas: no pierdan el tiempo porque la vida es corta. "Pásenla con la persona que quieren", resumen Wang Zenyi.
H.Wagner--LiLuX