

Las tácticas de guerra ucranianas llegan al desierto del Sáhara
Muy lejos de la cuenca minera del Donbás, Rusia y Ucrania libran otra batalla indirecta en las dunas del Sahel, donde Moscú respalda a la junta militar de Malí y Kiev forma y asesora a rebeldes tuaregs en tácticas militares.
Esta ayuda está alterando el equilibrio de fuerzas en el conflicto entre la junta maliense y el Frente de Liberación Azawad (FLA), una coalición armada de fuerzas predominantemente tuaregs que luchan por la independencia del noreste del país.
Rusia ha ganado influencia en el Sahel. Los nuevos regímenes militares en Malí, Níger o Burkina Faso dieron la espalda a Francia, la antigua potencia colonial, y estrecharon relaciones con Moscú.
En Malí, la junta en el poder se respalda en mercenarios rusos del antiguo grupo Wagner para luchar contra los rebeldes y los yihadistas afiliados a los grupos Al Qaeda y Estado Islámico que operan en el Sahel.
Pero ahora, aunque disimuladamente, Ucrania parece mover sus hilos en estas tierras saharianas, formando a los tuaregs en el manejo de drones con cascos de realidad virtual o en el uso de vehículos militares hinchables como señuelos.
"Por lejano que pueda parecer, la guerra en Ucrania y el terrorismo en el Sahel están conectados", dijo el primer ministro de Malí, el general Abdoulaye Maiga, en la ONU en septiembre.
"El régimen ucraniano se ha convertido en uno de los principales suministradores de drones kamikaze a grupos terroristas en el mundo", agregó.
- Formación en Ucrania -
Tanto Ucrania como el FLA, que en ocasiones ha unido fuerzas con un grupo yihadista afiliado a Al Qaeda, niegan cualquier suministro de armas, pero han reconocido otro tipo de asistencia.
"No hemos recibido ninguna asistencia material de Ucrania, ni drones, ni armas, ni ningún otro equipo", dijo a AFP el portavoz del FLA, Elmaouloud Ramadane.
Sin embargo, algunos de sus miembros recibieron formación especializada en Ucrania sobre cómo usar drones con vista en primera persona que se pilotan a distancia en tiempo real gracias a un casco de realidad virtual.
Equipados con explosivos, estos aparatos han permitido a los separatistas atacar a los convoyes militares y las bases de los mercenarios rusos sin entrar en una confrontación directa.
Estos entrenamientos permitieron reforzar "significativamente" las habilidades operativas de los participantes que, a su vez, "formaron a otros combatientes en esta área estratégica", dijo Ramadane.
"Hoy en día, este dominio tecnológico está totalmente integrado en nuestras capacidades de combate", insistió.
No parece la única aportación ucraniana a las tácticas de esta coalición rebelde que, según su portavoz, también "sufre la barbarie y el imperialismo de Rusia".
En julio, el ejército de Malí desveló imágenes de unas furgonetas militares hinchables parecidas a las usadas por las tropas ucranianas en su país como señuelos para atraer los ataques rusos.
El FLA no ha reconocido poseer este tipo de equipamiento.
En cambio, ese mismo mes, los rebeldes publicaron fotografías de un dron explosivo de fibra óptica, un aparato usado también por las tropas ucranianas y que se considera difícil de detectar e interceptar.
Ulf Laessing, director del programa Sahel de la Fundación Konrad Adenauer en Malí, ve en esta estrategia ucraniana un intento de "impresionar a sus socios occidentales reivindicando que estaba ayudando a los rebeldes atacar a Rusia en África".
Sin embargo, esta contribución ha sentado mal en las capitales y la opinión pública de los países del Sahel, que tiene a estos rebeldes por "terroristas".
Tanto Malí, Níger como Burkina Faso han roto relaciones diplomáticas con Ucrania a la que han acusado de estar armando al FLA.
L.Hoffmann--LiLuX