

La COP30 o el desafío de un frente climático unido en tiempos de Trump
La COP30 comienza en menos de un mes en Brasil con el colosal desafío de unir a los países del mundo para no flaquear en la lucha contra el cambio climático, a pesar de los vientos en contra, principalmente por la retirada de Estados Unidos.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, insistió en organizar esta 30ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima (10-21 de noviembre) en Belém, la primera en la Amazonía.
Pretende reunir a decenas de jefes de Estado y de gobierno, pero en una cumbre prevista unos días antes (6-7 de noviembre), para aliviar a esta ciudad pobre ante el desafío logístico que supondrá la llegada de 50.000 negociadores, activistas, expertos y otros participantes.
Pocos líderes (Colombia, Sudáfrica...) confirmaron hasta ahora su participación en este periodo actual marcado por turbulencias geopolíticas y económicas que robaron protagonismo a las preocupaciones climáticas.
El rey Carlos III de Inglaterra será representado por su hijo el príncipe Guillermo.
El presidente de Austria renunció a la cita debido al elevado costo de los hoteles, una cuestión que pone en jaque también la participación de oenegés y países pobres, hasta el punto que eclipsa el contenido de las negociaciones.
Países como Gambia, Cabo Verde e incluso Japón indicaron a la AFP que prevén reducir sus delegaciones.
Pero Brasil no cedió a los llamamientos de trasladar el evento a otra ciudad como Rio de Janeiro y fletó dos cruceros para aumentar el número de camas en Belém.
El lunes y martes se celebra en Brasilia la tradicional "pre-COP", una reunión informal de ministros para ultimar preparativos.
"Conozco los problemas de Belém", pero "hay que mostrar al mundo lo que es la Amazonía", declaró Lula en la ciudad norteña este mes.
El izquierdista constató el avance de las obras en esta ciudad de 1,4 millones de habitantes con infraestructura limitada. Y aseguró tener la intención de "dormir en un barco, en una hamaca".
- Sin "grandes titulares" -
¿La COP30 estará a la altura de las expectativas tras los dos años más cálidos registrados y la multiplicación de olas de calor y tormentas mortales en el mundo?
A diferencia de las dos últimas ediciones, que resultaron en acuerdos emblemáticos sobre energías fósiles y finanzas, en esta COP "no hay que esperar grandes titulares o acuerdos sobre grandes temas", estima Marta Torres-Gunfaus, del grupo de reflexión IDDRI, con sede en París.
La presidencia brasileña constata la falta de disposición general para nuevos compromisos ambiciosos y prioriza la implementación de soluciones ya acordadas.
También quiere demostrar que todavía se puede creer en el multilateralismo pese a las dificultades: retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, guerras comerciales y arancelarias, ascenso de partidos climatoescépticos...
Lula, probable candidato a su reelección el próximo año, insistirá en que "Brasil está de regreso" en la escena internacional, después de haber recibido en Rio de Janeiro la cumbre del G20 a finales de 2024 y la de los BRICS en julio.
- Trump invitado -
"Las COP no son eventos aislados. Reflejan las tensiones geopolíticas", dijo a la AFP Ana Toni, directora general de la COP30.
Lula, comprometido con acabar con la deforestación para 2030 pero a la vez defensor de la exploración petrolera frente a las costas de la Amazonía, prometió una "COP de la verdad".
La Unión Europea, dividida, no logró finalizar a tiempo su nuevo compromiso de reducción de emisiones para 2035, y China se conformó con objetivos minimalistas.
Estados Unidos probablemente no enviará ninguna delegación.
Lula relató, sin embargo, que había tratado de convencer por teléfono a Donald Trump: "Es importante que venga a Brasil porque estará en el corazón de la Amazonía, para ver cómo es esta Amazonía tan querida en el mundo".
- Consenso obligatorio -
La esperada publicación de un resumen de los nuevos planes climáticos mundiales, antes de la COP, "probablemente revelará una falta de ambición en la reducción de gases de efecto invernadero", señala Ilana Seid, presidenta del grupo de pequeños Estados insulares (Aosis).
"Y somos muy claros en que la COP30 debe culminar en una respuesta sobre eso", insiste la diplomática de la República de las islas Palaos, en el Pacífico.
Pero cualquier respuesta deberá, como en cada COP, ser adoptada por un consenso de cerca de 200 países.
J.Goergen--LiLuX