

Starmer afronta una cumbre con la UE en situación delicada con el ascenso de la extrema derecha
El primer ministro británico, Keir Starmer, que el lunes acoge en Londres una cumbre con la Unión Europea (UE), busca un difícil equilibrio entre su deseo de reforzar los lazos con los 27 países del bloque y el ascenso de la extrema derecha, partidaria de un Brexit duro.
El jefe del gobierno recibe el lunes en Londres a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa.
El objetivo de esta cumbre inédita es avanzar hacia un acercamiento entre Reino Unido y la UE, en sentido opuesto al acuerdo negociado por los conservadores con el Brexit.
Pero Starmer enfrenta dos amenazas. Por un lado corre el riesgo de dar munición al partido antiinmigración y euroescéptico Reform UK, de Nigel Farage, opuesto a que se cuestione la salida de Reino Unido de la UE.
Y también debe manejar con cuidado su relación con el presidente estadounidense, Donald Trump, con quien sueña con cerrar un gran tratado bilateral de libre comercio, y que no oculta su enemistad con la UE.
"Camina sobre dos cuerdas flojas simultáneamente", resume Richard Whitman, profesor de la Universidad de Kent y especialista en relaciones entre la UE y Reino Unido.
"Starmer debe encontrar un equilibrio tanto en el ámbito internacional como en este asunto de política interna, y eso es lo que hace que su tarea sea tan delicada", explica a la AFP.
El partido antiinmigración Reform UK es el heredero del Partido del Brexit, que abogaba por una ruptura total de los lazos con la UE.
El partido de Farage ha ganado terreno en los últimos meses en elecciones locales y en mayo arrebató un escaño en el Parlamento a los laboristas.
De este modo, confirma el avance logrado en las elecciones legislativas de julio de 2024, cuando logró que cinco diputados entraran en el Parlamento (uno fue excluido del partido después).
- Presión desde la izquierda -
Reform UK está ahora al frente de las intenciones de voto a nivel nacional, según las encuestas, capitalizando las preocupaciones de los británicos sobre la inmigración en un contexto económico difícil.
Starmer espera que un acercamiento con la UE estimule el crecimiento, una de sus prioridades.
Pero consciente de la sensibilidad política respecto al Brexit, ha prometido respetar el resultado del referéndum de 2016, repitiendo que no habrá un regreso al mercado único ni a la unión aduanera, ni tampoco un restablecimiento de la libre circulación.
Starmer se mostró durante mucho tiempo reacio a la propuesta de la UE de un programa de movilidad para los jóvenes europeos y británicos, aunque recientemente ha dado a entender que el gobierno está más abierto al principio.
Sin embargo, un anuncio importante sobre este tema parece poco probable el lunes, ya que Keir Starmer acaba de anunciar medidas destinadas a reducir "significativamente" la inmigración.
En cambio, la cumbre podría dar lugar a la firma de un acuerdo de defensa, un tema más unificador en medio de la guerra en Ucrania.
Aunque está bajo presión desde la derecha, Starmer también debe hacer frente a las demandas de algunos que abogan por un acercamiento mayor a la UE.
"Es necesario superar los desacuerdos y las líneas rojas para intentar reducir la burocracia y las cargas administrativas a las que nos enfrentamos desde el Brexit", afirma a la AFP la diputada Stella Creasy, al frente del grupo Labour Movement for Europe.
Según una encuesta realizada en abril, el 53% de los votantes británicos creen que una relación más estrecha con la UE sería positiva para la economía del país.
El partido Liberal Demócrata, tercera fuerza política británica, también en crecimiento, quiere unirse al mercado único, igual que Los Verdes.
A.W.Flammang--LiLuX