

El primer ministro británico redobla sus ataques contra la extrema derecha
El primer ministro británico, Keir Starmer, con bajos niveles de popularidad, llamó el martes a rechazar a una extrema derecha en ascenso y defendió la diversidad de Reino Unido, en el congreso anual del Partido Laborista, en Liverpool (norte de Inglaterra).
El dirigente solo lleva 15 meses en el poder, pero está en sus niveles más bajos en las encuestas y su política es cuestionada incluso dentro de su propio partido, mientras que la formación de extrema derecha Reform UK encabeza las intenciones de voto.
En un discurso considerado por muchos crucial para su futuro en Downing Street, Starmer afirmó que Reino Unido está "en una encrucijada", llamando a los británicos a elegir la "decencia" y la "renovación" con los laboristas, en lugar de la "división" y el "resentimiento" con Reform UK y su líder, Nigel Farage.
"Si ustedes dicen o dejan entrever que una persona no puede ser inglesa o británica por el color de su piel, que las familias multiculturales deben justificarse, que la gente que ha vivido aquí durante generaciones debe ahora ser expulsada, entonces, escúchenme bien, los combatiremos con todas nuestras fuerzas", advirtió.
Starmer respondía de este modo a una reciente propuesta de Reform UK, que quiere, si llega al poder, eliminar el permiso de residencia permanente.
Tras el discurso de Starmer, Farage, en un comunicado, arremetió contra "el último intento desesperado por parte de un primer ministro en serias dificultades", añadiendo que está "más decidido que nunca" a "darle una lección" al Partido Laborista en las próximas elecciones.
Starmer, en su discurso, en el que enumeró las medidas ya tomadas para construir más viviendas, financiar el sistema de salud o ampliar los derechos de los trabajadores, recalcó también que "la misión principal de este gobierno es hacer crecer la economía y mejorar el nivel de vida" de los británicos.
No obstante, el dirigente laborista advirtió que ello "exige decisiones que no son ni gratuitas ni fáciles", a un mes de la presentación de un presupuesto difícil de cuadrar, que hace temer subidas de impuestos.
Algunas medidas adoptadas en estos 15 meses han sido mal recibidas dentro del Partido Laborista, como el tope a una ayuda para las familias, el endurecimiento de la política migratoria o la prohibición de la organización Palestine Action, catalogada como terrorista.
P.O.Ferreira--LiLuX